10 de octubre de 2009



Llegamos un par de horas antes. Era viernes. Estábamos acojonados. La sala era enorme e iba a estar llena. Se habían vendido la ostia de entradas y todos querían vernos. Todo estaba perfecto. Listo para empezar. Estábamos por allí haciendo tiempo. Aún no se habían abierto las puertas pero ya había gente esperando fuera. Empezó a sonar música por los altavoces. 10:00. Se abrieron las puertas. La gente empezaba a entrar y a llenar la sala. Pedí una copa para calmar los nervios. Todo el mundo nos buscaba. Estábamos acojonados. Yo bebía sentado. Seguía guiñando ojos. La música estaba muy alta. El escenario estaba al fondo. Nos llamaron para concretar los últimos detalles. Me sentía "like a Rolling Stone". Estaba en mi salsa, concretando volúmenes y cerrando sonidos. Margot ya estaba en el escenario apoyada. Estaba mucho más tranquila que yo. Me senté en una esquina y vi que unos tíos de negro empezaban a vallar el escenario. Había muchísima gente. Habían venido para vernos. Éramos los dueños de su noche. todo dependía de nosotros. Habían pagado una pasta por vernos y había que saldar la deuda. Había que devolverles más de lo que ellos nos habían dado. Ya sólo había hielo en el fondo del vaso. Seguía abrazando a mil personas. Estábamos acojonados. Tenía la púa entre los dedos. Le mandé un mensaje a mi chica. Joder, había muchísima gente. Estaba cansado de saludar. Abracé a Alberto y nos reímos sin decir nada. Estábamos acojonados. Faltaba media hora y nos llamaron para entrar al camerino. Vinieron a decirnos cómo y cuando teníamos que salir. Nos hicieron muchas fotos. Todos estábamos deseando salir. Me cambié de ropa. Apareció el famoso sombrero de Trece. Me senté en el suelo y cerré los ojos. Me temblaban las piernas. Sabía que lo haríamos bien. Se apagó la música. Me asomé por la puerta y la gente empezó a gritar y a señalarme. Cerré y volví a sentarme. Era el momento. Todos nos abrazamos y nos deseamos suerte. Pegamos un par de gritos. Yo empecé a saltar. "Yo saldré el primero". "CARTEL DE SÁBADO!!!" Abrí la puerta. El grito fue increíble. Nunca lo olvidaré. Todo estaba vallado. Corrí entre las vallas y salté al escenario. Recuerdo esos metros como el momento más intenso de mi vida. Me colgué la guitarra. Empezó a salir humo. Cuatro toques de batería y dí el primer acorde en el mayor salto de mi vida. "A flor de piel"

Sean moderadamente felices, mucho no, que se acostumbran. Eduardo R. Pomar

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. "El humo era tan intenso que Trece, el más cercano a la máquina causante de aquella atmósfera irrespirable, no podía ver las teclas de Amaya. Nos pasábamos el agua unos a otros porque los nervios hacían estragos. Pero era impresionante ver cómo tus colegas, la gente que te quiere y también la gente que no, canta contigo canciones que has ensayado horas y horas, que te sabes de memoria y que podrías tocar con los ojos cerrados. Te equivocas en acordes y en notas, lo sabes, pero evitas poner una cara que sea un poema y sigues pa'lante. Eso sí es música"

    ResponderEliminar