28 de enero de 2010

Ahora


Últimamente me gusta tomarme una cerveza y volver a casa cuando me haya cansado, no cuando el reloj me lo diga. Me encanta coger la guitarra de noche y, de vez en cuando, irme a dormir pronto. Me encanta abrir Aviones y leer las letras de las canciones tratando de verme como protagonista. Últimamente pienso en el futuro y escucho jazz. Estrecho mis pantalones y busco chalecos como un loco. Te busco y estás. Sé donde encontrarte. Últimamente grabo canciones y preparo repertorios para conciertos. Últimamente escribo menos en el blog. Cada vez fumo menos! Sigo siendo tan vago como siempre y sigo sin escuchar en clase de filosofía. Cada vez paso más tiempo en La ciudad de los perros flacos. Ya no salgo a pasear por la playa ni me duermo en el sofá. Ya no abro El Libro ni vuelan sms. Últimamente disfruto de los amigos y me doy cuenta de lo raro que soy. Ahora dejo pasar el tiempo. Escucho música en castellano y no veo la tele. No merece la pena. hoy me cuelgo algo del cuello y salgo a la calle. Últimamente soy yo.


Sean moderadamente felices, mucho no, que se acostumbran. Eduardo R. Pomar

19 de enero de 2010

Sonnet


Esta entrada es simplemente un recomendación.
Ayer escuché por primera vez Sonnet de The Verve, y sin prácticamente entender nada, me ha transmitido tanto... La música, solamente la música, me ha puesto los pelos de punta. Ha hecho que sienta tantas cosas a la vez... La sensación es maravillosa. Es como si la respiraras, como si la olieras. Cada nota toca una parte de mi corazón. No tengo mucho más que decir, la verdad. No he querido buscar su letra para no romper la magia. Joder, hay algo entre esa canción y yo. Cada vez que la escucho es como un polvo. No se, de verdad, no sé explicarlo, es increíble. Hay algo que conecta esa melodía conmigo. Cada vez que escucho ese estribillo vuelo, desconecto de todo lo demás. Ojalá pudiérais sentirlo...

Sean moderadamente felices, mucho no, que se acostumbran. Eduardo R. Pomar

16 de enero de 2010

Chapeau!

Sigo sin nada nuevo que contar. Es inútil que leáis esto (es lo de siempre). Es sábado por la mañana. Ayer estuvo bien: los de siempre, donde diempre. De todo lo sucedido solo merece la pena una frase:

"Nunca soportaste que mis pantalones fueran más estrechos que los tuyos".


Te prometo que la oirás, te lo prometo. Un día pondrás la tele y allí estará, allí estaremos.

Un abrazo a todos los que casi nunca me han fallado y recordad ser moderadamente felices, mucho no, que os acostumbráis, coño!

Eduardo R. Pomar

6 de enero de 2010

Corazón



Es muy tarde. Ya no hay nadie despierto. todo el mundo duerme, pero yo estoy escuchando jazz sentado en el sofá. Mi contorno se difumina. El humo de un cigarro me dibuja como quiere. Todo es sombra. No voy a pensar. No quiero. Te quiero. Enciendo otro. Ahora mismo ni quiero ni necesito compañía. Me gustaría tener mi par, pero ahora mismo está bien donde está. Sólo la música es capaz de hacerme sentir así. Llena todos los huecos del alma, y los que no es capaz de llenar ayuda a definirlos. El mío está definido en contra de mi voluntad. Suena el piano. Blanco y negro y más humo. No hace frío, pero las luces de los coches corren y se deslizan por mi ventana. Sólo son siluetas. Con el dedo dibujo una nota musical saliendo un corazón. Me levanto-ya son las 3 y media-, cojo el cenicero, coloco mi abrigo en el perchero y apago la música; pero no puedo evitar quedarme mirando al Libro que está medio tumbado encima del aparato. Apago la luz.

Sean moderadamente felices, mucho no, que se acostumbran. Eduardo R. Pomar