14 de noviembre de 2009

La gastada metáfora de la noria


Estoy bien. Salgo, me divierto, me río, me tomo algo y escucho música. Pero de repente tu apareces, y me enganchas y me abstraes. Entonces no pienso, te evito, no sé si quiero verte. Aunque en realidad no haya otra cosa que quiera más que verte. Soy y estoy, pero soy menos. Una foto o un simple iconito verde me cambian el rumbo, me atraen, me atrapan. No puedo. No puedo. Te vuelvo a evitar. De sobra sabes que eres la primera. Haga lo que haga estás. No te veo, y a veces no te siento, pero estás. Te debo muchas cosas, pero eres un puto agujero negro de ojos verdes. Habrá un día en que no pueda más y te cambiaré por otra cosas. Quizás alguna estrella me entretenga, pero ahora mismo sólo quiero volver a matarte. Recurro a la gastada metáfora de la noria. A veces subo, pero siempre vuelvo a bajar y... todo gira en torno a un centro

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